El E-mail Blast o E-blast es un envío masivo a través del correo electrónico. Este debe formar parte de nuestra estrategia de E-mail Marketing, encaminada a conseguir un impacto que genere reconocimiento de marca (branding) y/o tráfico a un sitio web o landing page.
Independientemente del diseño del e-blast, existen tres cosas básicas que debemos tener en cuenta cuando tomamos la decisión de emplearlo, con el fin de rentabilizar esta acción al máximo.
1. La calidad de la lista de correo.
No importa cuántas vueltas le des al mensaje. Si este no va dirigido a las personas indicadas, tu índice de respuesta será pésimo, ya que no estarás alcanzando a tu público objetivo.
Las listas de correo más importantes no son necesariamente numerosas, sino segmentadas. Esto significa que no se tratará de un envío masivo e indiscriminado, sino que tendrás la posibilidad de elegir qué tipo de personas recibirán tu anuncio.
Para ello, primero deberás definir bien cuál es tu público objetivo: ¿amas de casa de 25 a 45 años? ¿hombres solteros de 18 a 35 años a quienes les guste el cine? Cuanto más específico seas, más exitoso será tu envío.
Lo más conveniente, en cualquier caso, es que comiences a crear tu propia lista de correo lo antes posible. Eso te permitirá saber con certeza que estás dirigiéndote a personas abiertas a recibir tus mensajes.
2. El Asunto o Subject Line.
La primera cosa que alguien recibirá cuando se haga el envío a través de una lista de correo será el Asunto o Subject Line. Este es el encabezado que indica de qué trata y será el primer filtro que admitirá o desechará nuestro mensaje.
Algunas personas también suelen darle importancia al nombre del remitente, alegando que si el envío proviene de una fuente fiable o conocida será más improbable que el programa o usuario lo identifique como SPAM. En tu caso, si no formas parte de una compañía conocida (ej. Coca-Cola, Nike, Ford, etc…) lo mejor es que simplemente te identifiques con tu nombre o el nombre de tu página o blog. Eso te ayudará también a construir tu imagen de marca.
Regresando al Asunto, lo recomendable es que uses menos de 50 caracteres, ya que algunos clientes de correo tienden a cortar el final de las frases largas. Si por alguna razón tu Asunto sigue quedando largo, asegúrate de que la parte importante esté al principio.
3. El cuerpo del mensaje.
Enfrentémonos a la realidad, a la gente no le gusta leer. Y esto aplica doblemente si nos referimos a mensajes publicitarios o promocionales. Moraleja: sé interesante y ve al grano.
En mi experiencia, los envíos más exitosos son aquellos que apenas llevan un titular prominente, un par de líneas en el cuerpo de texto y un CTA (Call-To-Action) fuerte, seguido de un botón que incite el clic (pese a que en realidad el máximo área del e-mail debería ser “clickable”, es decir, deberíamos poder hacer clic en cualquiera de sus partes para llegar a la página de destino).